La
actividad física comenzó siendo una conducta inherente al hombre
relacionada
con
necesidades fisiológicas, psicológicas e incluso utilitarias.
El
deporte se hizo serio pasando de actividades mas o menos libres a
situaciones
perfectamente reglamentadas y controladas por organismos
oficiales, y el aspecto
competitivo
y
el resultado, pasaron a ser el elemento principal y más importante
para
los que practican y para los que van a ver.
Cuando
el ganar por encima de todo, a veces sin importar cómo, se
manifiesta
abiertamente en el deporte, se refleja una de las
características de las sociedades de fin
de siglo: la
competitividad.
Esto
convierte el deporte en un reflejo de nuestra sociedad contemporánea,
en la que la
competitividad, el rendimiento y el resultado son
valores dominantes.
Los
comportamientos deportivos obedecen a los fenómenos culturales, de
costumbres y
de mentalidades de la comunidad a la que pertenecen.
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